Al atardecer es la hora en que algunos obreros fueron llamados a trabajar en la viña recibiendo al final el mismo salario que los que habian soportado el peso del día y el calor
Echada está nuestra suerte
desde la cuna a la tumba
y siempre un tañer retumba
del nacimiento a la muerte.
Aunque del sueño despierte
como el sol cada mañana
la meta está tan cercana
en esta incierta carrera
que en cualquier vuelta pudiera
oír que suena la campana
.
Es un milagro la vida
mas un milagro que advierte
que aunque acabe con la muerte
no es la puerta de salida.
La puerta está construida
con tal arte y tanto amor
que aunque produce temor
pensar que se abre al fracaso
tan solo es puerta de paso
para una vida mejor.
.
No pone Dios tanto empeño
en su galería de arte
para a la postre dejarte
dormir un eterno sueño.
Él es autor de diseño,
el mundo es su gran museo
y también es su ateneo
y todo cuanto ha creado
necesita ser mostrado
y el hombre es su corifeo
Perdido entre la niebla y con el alma herida,
rompió en tu acantilado mi barca hacia el ocaso.
Saltaron destrozados timón, vela y prejuicios
y los restos inútiles encontraron tus brazos.
En tu cálido lecho de infinita ternura
acogiste las ruinas, realizaste el milagro.
Jugosa y dulce fruta para la sed y el hambre
que arranqué a dentelladas de tus húmedos labios.
Mi deseo de ti fue terrible y fue corto;
de piel inexplorada por los cuerpos trenzados.
Una cópula loca de embriaguez infinita
que las almas convierten en cielo anticipado.
Sueño, paz y sosiego, murmullo de rompientes,
la ternura del beso y el calor de tus manos,
en caricias ardientes rescatando la vida
es todo lo que queda del soñado naufragio.
Las musas vuelven ya de vacaciones.
Regresan desde el mar a la montaña;
la mía, que es pedestre y algo extraña,
solo quiere que hablemos de elecciones.
Le importan un comino las canciones
y ritmos del verano; su cabaña
empapela con frases de campaña
que están ya preparando sus santones.
Le alabo, por cumplir, su tez morena,
pregunto por sus ligues veraniegos,
pero ella está pensando en Nochebuena,
las encuestas falaces y sus juegos,
que junto a los vapores de la cena,
incendiarán las mesas con mil fuegos.
¿Pero es que estamos ciegos?
El orgullo de un hombre consentido
hará como Arthur Más con el partido.