ULTIMO VIAJE

ULTIMO VIAJE

–Vengo, mortal, a buscarte.

–¿Quién eres? Tu voz me suena.

–Buena memoria; me viste
ha diez años; bien recuerdas.

–Cómo olvidarte, si entonces,
que conservaba las fuerzas,
luchamos fiero combate.

–Cierto, y pediste una tregua
que te concedí graciosa;
mas ya se acabó la espera.

–¿Quieres decir que no puedes
cambiar de nuevo la fecha?

–Sabes que no está en mi mano,
que hay reglas, y aunque me duela,
contigo habré de cumplir.

–¿Reglas tú? Quisiera verlas.

–No me vaciles, que el tiempo
siempre juega en contra vuestra.

–¿El tiempo es ese juguete
que llaman reloj de arena?

–Eso es un invento vuestro
con el que lleváis la cuenta.

–Me gusta el invento ¿puedo
jugar a darle la vuelta?

–Te he dicho, no me vaciles,
que conmigo no se juega.

–No estoy jugando, perdona,
solo pegaba la hebra
charlando amigablemente
por si…
–Entiendo, por si cuela.
Pues no cuela, soy la Parca
y, aunque en funciones, muy seria.

–Puedo pedir que se aplace
una vez más la sentencia?

–Puedes pedir, mas las leyes
son leyes si se respetan;
si no, son papel mojado,
como suelen ser la vuestras.

–El que dicta tales normas
podrá también suspenderlas.

–Sí que puede, y ya contigo
lo hizo vestido de ciencia.

–Recuerdo las batas verdes
que te cerraron la puerta
y también las alas blancas.
–¿De ángeles?
–No, de enfermeras.

–Vamos, que ya en tu reloj
no queda un grano de arena.

–Vamos sí, quien manda, manda.

–Quien manda es NATURALEZA.

Jesús Gutiérrez

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