ANUNCIACION

ANUNCIACIÓN

(A nueve meses para la Navidad)

Veinticinco de marzo, en este día
el Arcángel Gabriel entra en escena,

Ante él, sobrecogida, está María.

—¡Dios te salve!, mujer, de gracia llena

el Altísimo en ti se ha complacido.

Yo en su nombre te doy la enhorabuena.

Dios para hacerse carne te ha elegido

y en tu vientre su trono ha preparado

para alojar al Hijo, Cristo Ungido.

Al escuchar al Ángel se ha turbado

y su humildad es tímida protesta

pues sabe que el momento no ha llegado.

Ella está prometida y es honesta;

no entiende cómo Dios hacerlo puede

y pide humildemente la respuesta.

—Nada se ha de quebrar porque se hospede

en tu seno del Hijo la grandeza

pues ello a su poder en nada excede,

ni ha de tocar en nada tu pureza.

—Soy del Señor la esclava. Su Palabra

se cumpla en mi, que hará de mi flaqueza

“Puerta del Cielo” que al amor se abra.

“Vaso espiritual” en cuya hechura

viajará el Verbo que la tierra labra.

—En ti se cumplirá su singladura.

“Espejo de justicia” “Casa de Oro”.

Pues que Dios se prendó de tu hermosura,

por ella y tu favor, su amor imploro.

Jesús Gutiérrez

ULTIMO VIAJE

ULTIMO VIAJE

–Vengo, mortal, a buscarte.

–¿Quién eres? Tu voz me suena.

–Buena memoria; me viste
ha diez años; bien recuerdas.

–Cómo olvidarte, si entonces,
que conservaba las fuerzas,
luchamos fiero combate.

–Cierto, y pediste una tregua
que te concedí graciosa;
mas ya se acabó la espera.

–¿Quieres decir que no puedes
cambiar de nuevo la fecha?

–Sabes que no está en mi mano,
que hay reglas, y aunque me duela,
contigo habré de cumplir.

–¿Reglas tú? Quisiera verlas.

–No me vaciles, que el tiempo
siempre juega en contra vuestra.

–¿El tiempo es ese juguete
que llaman reloj de arena?

–Eso es un invento vuestro
con el que lleváis la cuenta.

–Me gusta el invento ¿puedo
jugar a darle la vuelta?

–Te he dicho, no me vaciles,
que conmigo no se juega.

–No estoy jugando, perdona,
solo pegaba la hebra
charlando amigablemente
por si…
–Entiendo, por si cuela.
Pues no cuela, soy la Parca
y, aunque en funciones, muy seria.

–Puedo pedir que se aplace
una vez más la sentencia?

–Puedes pedir, mas las leyes
son leyes si se respetan;
si no, son papel mojado,
como suelen ser la vuestras.

–El que dicta tales normas
podrá también suspenderlas.

–Sí que puede, y ya contigo
lo hizo vestido de ciencia.

–Recuerdo las batas verdes
que te cerraron la puerta
y también las alas blancas.
–¿De ángeles?
–No, de enfermeras.

–Vamos, que ya en tu reloj
no queda un grano de arena.

–Vamos sí, quien manda, manda.

–Quien manda es NATURALEZA.

Jesús Gutiérrez