GLOSANDO A QUEVEDO
Del soneto “Amor constante más allá de la muerte”
«Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,»
«Venas, que humor a tanto fuego han dado,»
«Médulas, que han gloriosamente ardido,»
«Su cuerpo dejará, no su cuidado;»
«Serán ceniza, mas tendrá sentido»;
«Polvo serán, mas polvo enamorado.»
LA MUERTE NO ES EL FINAL
Llegas severa y el reloj a punto;
la arena casi toda ya ha caído;
libre está el alma de cualquier asunto,
“Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido”.
Carne que fuera un tiempo ardiente tea,
es tronco de tizón semi apagado;
leño seco que levemente humea,
“Venas que humor a tanto fuego han dado.”
Cuerpo que fuera del vigor espejo,
al peso de los años cae rendido.
Solo queda el buqué del vino añejo.
“Médulas que han gloriosamente ardido.”
No ceja el hombre en su incansable lucha,
de apurar el amor que no ha agotado
y la voz apagada el alma escucha.
“Su cuerpo dejará, no su cuidado.”
Árbol, antaño ubérrimo y fecundo;
hogaño seco, por el rayo herido,
dará en cualquier hogar calor profundo.
“Será ceniza, mas tendrá sentido”
Ramas que sombra y protección prestaron
y hogar a cuantos libres de cuidado
en ellas resguardados anidaron,
“polvo serán, mas polvo enamorado”.
Jesús (Madrigal)