Santanderinas
EN MI BARCA
EN MI BARCA (Santanderinas)
Te llevaré en mi barca, mar adentro
a dejarnos mecer por la marea,
y la brisa que orea
hará más delicioso nuestro encuentro.
Amor es la bandera que ella ondea.
Al brindar en la mar sin más testigo
que el espumoso vino con su copa,
en un cabo, la ropa,
del sol nos dará abrigo,
con Morfeo abrazados, en la popa.
Me quedaré contigo,
te quedarás conmigo.
Fuego y pasión sobre la mar galopa.
MI VOZ ES SOLO UN ECO
Mi voz es solo el eco de tu ausencia,
el sueño de un futuro inexistente,
que espera humildemente
que pase de ser eco a ser presencia
y gozar de tu amor serenamente.
Hoy te siento más cerca, casi al lado,
y sueño que nos vamos acercando,
que vamos caminando,
que buscamos un vado,
en tanto que el amor nos va llenando.
Sentirte a mi costado
es, amor, lo anhelado.
Amarte así, para seguirte amando.
Jesús (Madrigal)
PUERTA ABIERTA
PUERTA ABIERTA
Para el amor está mi puerta abierta
mis estancias, mi mesa y energías
y olvido las sombrías
predicciones del verso aunque me advierta:
«¡Cuan absurdo es amar las utopías!»
No es absurdo esperar aunque parezca
que es poco lo que cabe ya esperar
si podemos amar.
Me niego a que oscurezca
cuando queda camino por andar.
Y así cuando amanezca
y un nuevo día florezca
el sol descubrirá mi caminar.
SANTANDERINAS
A UNA ROSA
Llegué hoy a mi jardín, de madrugada,
a cortar como siempre alguna rosa,
Una vi tan hermosa
que me robó al instante la mirada.
Tras ella fue mi mano presurosa…
No me cortes aún, es muy temprano,
déjame disfrutar del sol un día;
así ella me decía.
Yo retiré la mano
dejándome inundar por la alegría.
La rosa en rojo ardía,
y la sentí tan mía
que más que jardinero fui su hermano.
AL HOMBRE DE MAR
No le arredra la mar al marinero.
Sufrirá en la tormenta y vencerá.
Y a la mar volverá.
Ama la mar que fue su amor primero
y por su amor primero, morirá.
Hombres recios, valientes, abnegados,
que luchan en la mar con la galerna
pero en lucha fraterna.
Son hombres arriesgados
que apagarán su miedo en la taberna.
Hombres enamorados,
de la mar tan amados
que ella será al final su paz eterna
A LA AMISTAD
De gozo por tu amor sabes que muero.
Has devuelto a mi vida la alegría.
Ya no hay melancolía,
y pues amor de ti tan solo espero
mi amor sabré entregarte cada día.
Rebosa con tu trigo mi panera;
he de llevar mi grano a tu molino
y tu con el más fino
llenarás la masera
y amasarás el pan para el camino.
Si larga fue la espera
la impaciencia atempera
que yo echaré al zurrón mi mejor vino.
Jesús Gutiérrez